Para alcanzar buenas notas en la universidad o para gestionar la empresa de tus sueños, es necesario que tu mente esté 10 puntos. Algunos trucos para ser más inteligente ya los sabes de memoria: dormir mejor y ejercitarse. Pero hay algunos otros que de seguro te sorprenderán. Conoce los 10 pasos para tener una mente más ágil y creativa y aprender cómo ser más inteligente.
Albert Einstein, el hombre con un IQ envidiable, y hacedor de una de las teorías que revolucionó la física tiene la receta principal para volverse más inteligente. “Encuentra para aprender lo que te haga feliz”. ¿Así de fácil? Tal parece que sí, según le escribió a su hijo Hans Albert en una carta en 1916:
“Toca en el piano las cosas que más te gusten, incluso si tu profesora no te las asigna. Esta es la mejor manera de aprender algo, entregándote a hacerlo con tal alegría que no notas el paso del tiempo. Yo, a veces, estoy tan atrapado con mi trabajo que me olvido de almorzar”. Y si Einstein dice que así nos volvemos más inteligentes, es palabra santa. Tal vez sea hora de apuntarte a tu clase de baile, cocina, dibujo o navegación.
El continuo aprendizaje de tareas nuevas dentro de una profesión o área del conocimiento es la clave para ser más inteligente porque se estimula mucho al cerebro. Pero en el fondo aprender CUALQUIER cosa nueva lo estimula. Un grupo de investigadores de la Universidad de Hamburgo sometió a 20 chicos a un mes de entrenamiento intenso de malabarismo y encontraron un aumento de la materia gris apenas 7 días después de iniciada la capacitación. Eso sí, una vez que terminaron las clases su materia gris empezó a achicarse. Conclusión: para ser más inteligente siempre hay que estar aprendiendo cosas nuevas. Y si nos dan felicidad, como dice Einstein, ¡mucho mejor!
Aunque haya lugares como Finlandia, donde a los niños ya no se les enseña a escribir con la mano, muchas investigacione sugieren que para retener mejor la información hay que dejar la computadora y escribir a la vieja usanza. ¿Por qué esto nos haría más inteligentes? Porque el sólo hecho de sujetar el lápiz y pensar en las letras que se vuelcan en la hoja estimula una parte del cerebro que actúa como filtro durante el aprendizaje. Esta parte jerarquiza a los conceptos que se tienen delante y da más importancia a las cosas en las que estamos activamente concentrados.
Tal parece que ser tímido e introvertido no es ningún negocio para tu IQ. Según un estudio de la Universidad de Michigan, interactuar como mínimo 10 minutos por día con otras personas mejora el desempeño intelectual y la memoria en mucho mayor medida que dedicar esos 10 minutos a hacer otras actividades más intelectuales. ¿Tienes planes para este sábado? Bueno, ya no tienes excusa para quedarte en casa. Ve y hazte amigos nuevos. Es la manera más divertida de ser un poco más inteligente.
Es cierto que a nadie en su sano juicio le gusta pasar por la experiencia de un examen. Los nervios previos son algo que todos preferiríamos evitar. Pero según nos dice la ciencia, tomar una evaluación no es sólo un mecanismo pasivo para determinar cuánto sabemos sobre un tema. Por el contrario, nos ayuda a aprender. En un estudio publicado en la revista “Science” se demostró que los alumnos a los que se evaluó sobre el contenido de un texto que habían leído recordaron mejor la información una semana después de la prueba, en comparación con los que habían usado otros métodos de estudio.
No te pediremos que seas un atleta de elite. Sólo que desarrolles alguna actividad física al menos dos veces por semana. ¿Y qué tiene que ver esto de dejar la PlayStation y salir a correr con la inteligencia? Todo. Un estudio mostró cómo las personas que ejercitan seguido tienen mejores resultados en tests de memoria de largo-plazo, razonamiento, atención, resolución de problema y pensamiento lateral que sus pares más vagos. La estrella de la actividad física para ser más inteligente es la aeróbica. Con 30 minutos por sesión dos o tres veces por semana tu IQ estará agradecido. Tal vez no sea un tema que te preocupe ahora, pero con una vida física activa estarás recortando a la mitad el riesgo de demencia senil.
Hacer muchas cosas al mismo tiempo no te vuelve más inteligente. Todo lo contrario. Expertos en aprendizaje sostienen que somos biológicamente incapaces de procesar con atención varias tareas en simultáneo. ¿Entonces para qué empeñarnos en querer ser un pulpo? Diversas investigaciones revelan que la capacidad de ser multitarea o “multitasking” supone baja calidad de los trabajos, pues al estar haciendo varias actividades en simultáneo ninguna se ejecuta de manera impecable y además afecta negativamente la memoria. ¿Quieres ser más inteligente? Entonces olvida el resto del mundo cuando estés trabajando en algo.
La falta de sueño debilita la mente y paraliza el pensamiento en todas las maneras que te puedas imaginar: daña la atención, la memoria inmediata, el humor, las habilidades cuantitativas, el razonamiento lógico y hasta la capacidad de hacer cuentas rápidas. Y ni hablar de la motricidad fina. Dormir poco y mal no es una buena idea si estás buscando ser más inteligente. Punto.
Sólo cree que puedes ser más inteligente y lo serás. No, esto no intenta ser un libro de autoayuda. Muy por el contrario, la ciencia sostiene que si pensamos que la inteligencia es maleable y modificable antes que estática y fija, lograremos mejores resultados laborales y académicos. Esto sucede especialmente en aquellos grupos que cargan con estereotipos negativos sobre su inteligencia. Así que ya sabes, confía más en ti y tus habilidades, y tu IQ se irá por las nubes.
Las supersticiones son vistas como creaciones irracionales de la mente. Pero lo cierto es que mucha gente confía en sus amuletos o ritos personales para sentir que las cosas le irán bien. La ciencia también decidió meterse con este tema y descubrió que tener alguna cábala (mantener los dedos cruzados, decir “mucha mierda” o “rómpete una pierna”) mejora el desempeño de la memoria, la destreza motriz y la habilidad para los anagramas. En resumidas cuentas: elige un amuleto o algún ritual, como levantarte con el pie derecho el día de un examen. Así te sentirás con la suerte de tu lado y los resultados serán mucho mejor de lo que crees. Ya ves que ser un poquito irracional a veces te vuelve un poco más inteligente.
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