Los viajeros más expertos aseguran que para recorrer el mundo no hace falta ser rico. Puedes encontrar ofertas aéreas o de alojamiento, poner lo indispensable en una mochila y partir a la aventura. Eso sí, el consejo de viaje más importante es que por más ajustado que estés con tu presupuesto, hay ciertas cosas en las que no debes ahorrar nunca si quieres tener unas vacaciones perfectas. Veamos cuáles son…
“La salud es lo más importante”, dice la abuela. Y tiene toda la razón del mundo. La primera cosa más inteligente que puedes hacer cuando estás planeando el viaje de tu vida (sean vacaciones o práctica profesional) es contratar un seguro de viaje. No querrás enfrentarte al mal trago de necesitar alguna consulta médica y no contar con ningún respaldo. Ten presente que existen algunos países donde la salud es muy cara. Allí los gastos de hospitalización y tratamiento médico corren por cuenta del paciente.
Por eso, procura hacer una investigación de mercado para conocer las distintas opciones de seguros. Compara y elige la que más beneficios te ofrezca. Si bien son casi todas iguales, siempre hay una que destaca por algún servicio extra que brinda al asegurado. Por ejemplo, si te gusta la adrenalina de los deportes extremos, la aventura y la vida al aire libre, pregunta a los distintos seguros si cubren actividades como parapente, canopy, ski o snowboard. No hay mejor consejo de viaje que este, en serio.
De nuevo: no ahorres en tu salud. Si el destino al que vas es conocido por determinadas enfermedades endémicas, date todas las vacunas necesarias antes. Bolivia y Perú son destinos preciosos para ir en busca de la historia de los incas, pero la fiebre amarilla y la malaria son dos males que pueden aquejar a los viajeros que elijan esa zona. Y estos son sólo dos ejemplos.
Si todavía sigues con dudas sobre si te conviene vacunarte para tu viaje, tenemos un juego para ti: el “¿Preferirías que…?” Empecemos. ¿Prefieres pagar por un par de vacunas caras para evitar enfermedades comunes del país de destino o preferirías consumirte todos los ahorros del viaje en cuentas médicas no previstas, o visitando médicos que no conoces y en los cuales no confías? La respuesta parece simple, ¿cierto?
Si sabes que tomarás varios buses o aviones durante las vacaciones o los fines de semana de tu práctica, el mejor consejo de viaje que puedes seguir es invertir en una buena maleta. Las marcas más conocidas son caras pero ofrecen prestaciones insuperables si eres una hormiga inquieta. La mayoría de las más renombradas cuentan con diseños adecuados para cargar y transportar el equipaje de un lado para el otro. Además, están hechas con los mejores materiales en las manijas, correas o espaldares acolchados, lo que alarga su vida útil.
Ahorrarte unos pocos dólares con una maleta “medio pelo” te creará dolores de cabeza innecesarios. Mejor, rompe el chanchito y ve por una mochila de buena calidad, de esas en las que todo encaja a la perfección en el lugar indicado: la tablet, los documentos, los cosméticos. Y qué más decir si encima de resistentes, hechas con materiales nobles, con diseño y ergonómicas, no se arruinan con la lluvia. Una buena maleta siempre es un buen negocio, aunque salga un poco más caras.
Cuando de viajar se trata, deja los tacones en el fondo de la maleta o en el closet de tu casa, directamente. Opta por calzado cómodo que te permita recorrer una ciudad a fondo o perderte entre las montañas más verdes y altas que jamás hayas caminado. Y como no existe un calzado todoterreno que te sirva para la playa y la lluvia o la nieve al mismo tiempo, es vital que averigues el clima al que estarás expuesto durante el viaje. ¿Va a hacer frío o calor? ¿Necesitas los pies abrigados o frescos? ¿Recorrerás solamente ciudades o harás algo de trekking?
Y ya que estás por invertir en calzado cómodo, también piensa en las medias más adecuadas. Recuerda que a diferencia de los soquetes que usas todos los días, las especiales para deportes o senderismo evitan las ampollas gracias a los elásticos que tienen en la parte media, punta y talón.
Este consejo de viaje no es menor. Si viajas a algún destino fuera del área de cobertura de tu proveedor de datos, la primera opción es colgarte del Wi-Fi gratis del hotel. Pero si quieres recorrer la ciudad libremente y, sobre todo, tener a mano un GPS que te saque de apuros cuando estés perdido, entonces la alternativa más inteligente es comprar una tarjeta SIM de alguna compañía de telefonía cuando llegues al destino. Así, por 10 o 15 dólares estarás en línea para contar anécdotas de viaje a tu familia y además en tiempo real y, de paso, te evitarás una boleta monstruosa de tu proveedor telco cuando llegues a casa. Recuerda que muchas emergencias pueden resolverse fácil: con la ayuda de alguna aplicación en tu móvil. Para eso, asegúrate un buen plan de datos.
Y ya que te sugerimos invertir como se debe en las grandes cuestiones de un viaje importante, como el seguro médico, la maleta, el calzado o una tarjeta SIM, es el turno de hablar de una inversión sobreestimada pero igual de importante: el agua embotellada. El agua de grifo en el lugar de destino puede no ser el insumo más seguro de todos. Por un lado, porque puede no alcanzar estándares de salud y calidad adecuados. Pero también porque puede contener minerales distintos a los que tu estómago está acostumbrado y, por ende, puede suponerte visitas demasiado seguidas al toilette, poniendo el viaje en riesgo innecesariamente.
Para prevenir posibles enfermedades o malestares, además de tomar sólo agua embotellada, asegúrate de no agregar hielo en tus bebidas. El agua de los cubitos de hielos proviene del mismo grifo que estamos tratando de evitar. Por último, ni se te ocurra ahorrar dinero al no tomar suficiente agua. Cuando viajas y vas de un lado para el otro, es más fácil que te deshidrates sin darte cuenta.
Photo 1. based on Travel , by Moyan Brenn, CC BY 2.0
Photo 2. based on Suitcase, by Christine und Hagen Graf, CC BY 2.0
Photo 3. based on Trainer, by Steven Lilley, CC BY -SA 2.0