La sensación de bienestar que genera el trabajo bien hecho es doble cuando se hace una práctica en una ONG. Las organizaciones no gubernamentales (ONG) te ofrecerán muchas oportunidades de desarrollo profesional mientras ponen en tus manos la posibilidad de ayudar a otros.
Las ONG tienen una función sumamente útil porque trabajan por causas benéficas, generalmente olvidades por el Estado. El aporte de estas organizaciones es tan variado como los colores del arco iris. Pueden ir desde la educación y la pobreza, a la construcción de refugios de animales o la lucha contra la contaminación del medio ambiente. Las opciones son infinitas así como los puestos de trabajo que se crean para jóvenes profesionales como tú, que encuentran en estos espacios su mejor puerta de entrada al mercado laboral.
Antes de buscar una práctica en una ONG conviene que eches una mirada para adentro y decidas qué es lo que quieres hacer y en qué área. ¿Qué tipo de cambios quieres generar? ¿Qué áreas son las que más te interesan? ¿Educación, pobreza, medio ambiente, política? Esta mirada orientará mejor tu búsqueda porque son muchos los espacios que requieren de tu ayuda. Nada mejor que dar en el clavo con una temática que te apasione y por la que estés dispuesto a luchar.
En una ONG no importa tu edad, sino las ganas de aprender y trabajar con las que encares cada día. En poco tiempo verás que la práctica profesional en una ONG te llevará a tomar varios proyectos a la vez y te delegarán más y más responsabilidades. Podrás afianzar los conocimientos de la Universidad y tus habilidades innatas, mientras desarrollas otras nuevas.
Por triste que suene, una de esas habilidades que ganarás será el control de la frustración. Porque por más valioso que sea el grano de arena que aportas, no podrás acabar tu sólo con el hambre en África o el deshielo en el Ártico. Entre todas las herramientas maravillosas que te dará una práctica en una ONG, se cuenta la de lidiar con los sentimientos de frustración y abatimiento.
Las ONG trabajan de la misma manera que el sector privado. Tienen áreas o gerencias de contaduría, legales, marketing, operaciones, comunicaciones, relaciones públicas y hasta logística. Por eso, cualquiera sea tu profesión y formación académica, un joven con hambre de aportar y desarrollarse, siempre será bienvenido. ¿Quién puede rechazar la ayuda de alguien tan valioso como tú?
Con tu práctica en una ONG borrarás una palabra de tu diccionario: “monotonía”, porque tendrás la oportunidad de ir a todo tipo de lugares y conocer gente de todos los orígenes y funciones. Trabajar en un espacio no gubernamental muy probablemente te hará encontrarte en reuniones con directores y gerentes de empresas u organismos de Gobierno. Conocer tantas personas interesantes te ayudará a ampliar tu perspectiva del mundo y de la realidad de tu país. Si hay algo seguro es que siempre estarás en movimiento.
Muchas de las ONG más reconocidas tienen presencia en diversos países. Por eso, será valorado en tu práctica profesional que domines una segunda lengua. El poder hablar y comprender otros lenguajes te ayudará a posicionarte mejor dentro de la organización. Te permitirá comunicarte con la población objetivo, con oficiales de gobierno, con medios de comunicación, proveedores y clientes internos. Por ejemplo, si tu práctica profesional te lleva hasta las Naciones Unidas, debes saber que se te pedirá que manejes alguna de las lenguas oficiales de la organización: árabe, chino mandarín, inglés, francés, ruso o español.
Por otro lado, si desarrollas una práctica en una ONG con presencia en varios países se esperará que seas respetuoso de las diferencias culturales con otros colegas o con la población a la que te toque asistir. Las habilidades lingüísticas ya no serán suficientes cuando se trate de ayuda humanitaria, desarrollo rural o fortalecimiento de los derechos de poblaciones vulnerables. En estos casos se valorará que seas una persona sensible, profesional y respetuosa de la cultura y necesidades de otros menos favorecidos. Tal vez estas habilidades no las tengas al día de hoy como intrínsecas. Pero no desesperes. No hay nada que el tiempo, la experiencia y un buen entrenamiento no puedan solucionar.
Algunas organizaciones no lucrativas pueden pagar un salario similar al del sector privado, pero por lo general ocurre lo contrario. Un beneficio que compensa con creces el hecho de trabajar por un sueldo pequeño o ad honorem es la hermosa sensación de que aportas tu grano de arena para el bienestar de la humanidad. Hay momentos de la vida en los que es más importante el trabajo de asistir a otros que el nivel de remuneración.
De hecho, un estudio de la Universidad de Wisconsin observó que los niños que realizan algún tipo de voluntariado suelen ser más organizados en la vida adulta que aquellos que no lo fueron. “Los niños aprenden a ser más comprometidos, a tener constancia (algo muy importante para el trabajo y los negocios) y a controlar las frustraciones”, afirma la investigación . El estudio también señala que las personas que asisten con regularidad en alguna causa benéfica son más felices, estables y presentan mayores niveles de autoestima que las que no.
Asistir a poblaciones vulnerables te hará desarollar la habilidad de la gratitud. Gratitud al lugar privilegiado en el que la vida te ha puesto. Después de todo, tienes comida en la mesa cada día, pudiste educarte, tienes personas que te aman, estás en paz y te manejas con libertad. ¿Acaso no estás por armar la maleta y mudarte de país por un tiempo, persiguiendo el sueño de desarrollarte profesionalmente? Más de la mitad del mundo no puede decir lo mismo. El hambre, las guerras y las enfermedades los obligan a quedarse donde están.
Una práctica profesional en una ONG te ayudará también a potenciar la compasión. Se trata de un sentimiento de preocupación por otros que sufren, que genera un deseo genuino de ayudar. La compasión te lleva del juicio a la preocupación, de la indiferencia a la conexión, del disgusto a la comprensión de los otros.
Trabajar en una práctica profesional en una ONG no significa trabajar menos que otro colega del sector privado. Muchas veces se da todo lo contrario. Probablemente se esperará que compartas la visión y el empeño de los líderes de la ONG, lo que supondrá quedarte hasta después de hora.
Sea porque tienes cenas de recaudación de fondos (después de las 18 horas) o porque tienes que salir de viaje por alguna emergencia sanitaria, debes saber que una práctica en una ONG quizás consuma algunos de tus fines de semana. Al fin y al cabo, nadie dijo que es fácil reparar el mundo. Pero si eres un apasionado de tu trabajo en la organización, esto no será un problema.
Al final de tu práctica en una ONG, valorarás todo lo que has aprendido en tan poco tiempo y verás cómo has mejorado tu currículum de la mejor manera posible: ayudando a otros.
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***Para hacer una práctica en una ONG en Londres, Australia, Nueva York o Hong Kong, es indispensable el conocimiento avanzado/nativo del inglés. Para hacer una práctica en una ONG en Madrid o América Latina, no es obligatorio***
Photo 1. based on The Intern Group.
Photo 2. based on Africa, by Khalid Albaih, CC-by-2.0.
Photo 3. based on 20131030-OSEC-LSC-5547, by US Department of Agriculture, CC-by-2.0.