Si eres ambicioso y te visualizas a ti mismo ocupando un puesto gerencial en menos de 10 años, entonces mejor que empieces a armar tu maleta. Cada vez más expertos en Recursos Humanos sostienen que viajar es el mejor MBA que puedes hacer: refuerza tus habilidades como líder y te diferencia de tus competidors. A continuación, un compendio de las 10 habilidades que desarrollarás viajando y que te ayudarán a liderar equipos de manera exitosa en el corto y mediano plazo.
Aquí nos referimos a todo tipo de comunicación, verbal y no verbal. Viajar te coloca muchas veces en la incómoda situación de no poder comunicarte verbalmente porque no hablas el idioma de país anfitrión. Esto se traduce en intentos desesperados por hacerse entender con mímica, un diccionario bilingüe y la falta de vergüenza. ¡Todo vale para que el otro te entienda, aunque eso suponga hacer el ridículo!
Que te puedas comunicar a pesar de las barreras idiomáticas será un activo muy preciado a nivel laboral, sobre todo, en el entorno de una compañía multinacional. Viajar además te conecta de una manera más íntima con tus compañeros de ruta, lo que te ayuda a crear una impresionante red de contactos al final de tu expedición por el mundo.
Viajar con un amigo es, sin duda, una de las pruebas de amistad más difíciles de superar. Pero si lo hacen puedes estar seguro de que continuarán con el vínculo por el resto de sus vida. Pero jugar a ser Marco Polo por un rato también es una escuela perfecta que te enseñará a dar y recibir, a generar empatía, a colaborar para el bien de ambos y a negociar. Estas habilidades son muy necesarias en el mundo de los negocios y deben tenerla todos los líderes que se precien de tal.
Viajar te enseña a apreciar y respetar las diferencias culturas y las normas sociales. Este activo se vuelve más y más valioso a medida que las compañías se vuelven más y más globales, y las conferencias telefónicas incluyen a colegas de otras latitudes y continentes. Si tu próxima práctica profesional te lleva a trabajar en una empresa multinacional se esperará que seas respetuoso de las diferencias culturales con otros colegas, y que valores el contexto en el que se encuentran las personas a las que te estás dirigiendo.
Viajar te aleja de la rutina, de tu zona de confort, te saca de la burbuja en la que estás inserto cuando te sientes seguro en casa, con tus seres queridos. Viajar, por tanto, te pone muchas veces en situaciones incómodas que debes resolver rápidamente y de manera creativa. Viajar es un curso acelerado y gratuito de “cómo pensar outside the box”. Cuando estás en modo “viaje” se te exponencia la disposición a explorar nuevas oportunidades, y a buscar inspiración en entornos distintos al que llamas “hogar”.
Viajar se trata principalmente de tomar decisiones todo el tiempo y de asumir sus consecuencias. Esto supone entrenarte en el arte de sopesar los pros y contras de cada cosa, a identificar los objetivos (del viaje, como experiencia) y a crear un camino que te acercará a esas metas. Por ejemplo, si viajas por unos meses a Londres a pulir tu inglés, ¿cuál es la mejor manera de llevar adelante tu inmersión cultural? ¿Qué pierdes si te metes en un bar lleno de desconocidos y te lanzas a una conversación para practicar el idioma? De eso se trata también ser líder en el mundo de negocios: evaluar posibilidades, tomar decisiones y asumir sus consecuencias.
Tus amigos y familias pueden acusarte de ser impuntual por dejarlos esperando siempre. Con ellos puedes “jugar” a llegar tarde 15 minutos, media hora. Pero intenta hacer lo mismo con el horario de tu bus, del tren o de una salida de avión. ¡Olvídalo! Cuando una aerolínea cierra su check-in, no hay vuelta atrás. Por eso, nada mejor que perder un vuelo para que tu puntualidad y gestión del tiempo mejoren exponencialmente. Viajar te inserta dentro de calendarios que necesitan organización y seguimiento al detalle.
No hay nada más cambiante que el mundo de los negocios. La ley de la selva hace que una empresa que no se adapta al entorno actual, deba bajar las persianas. Por eso, los departamentos de Recursos Humanos de las grandes compañías siempre están en la búsqueda de ejecutivos con capacidad de adaptación y resiliencia. En ese sentido, muchos líderes aseguran que las experiencias de viaje que hicieron mientras estudiaban les dieron la confianza necesaria como para encarar nuevos desafíos, incluso si eso significa fracasar.
Viajar te enseña a estar en constante alerta, previendo las cosas que puedan salir mal para que en el caso de la Ley de Murphy se cumpla, tú siempre tengas un Plan B para salir del paso. Tratar de encontrar alternativas a problemas inesperados, como una tormenta de nieve o un pasaporte perdido, te prepara para el mercado de trabajo. Y te convierten en un líder todo terreno.
Si hay algo que te enseña viajar es la posibilidad de aprender a lidiar con las personas. Desde el malhumorado agente de aduana hasta la agotada azafata, con cara de no soportar un pedido más. En tu expedición, Marco Polo, te encontrarás con mucha gente que no está en un buen día. Aprender a manejarse con personas así es una de las claves de tu éxito y uno de los pilares de tu gestión como líder.
Viajar te abre nuevos horizontes y te impulsa cada día a salir de tu rutina y probar cosas nuevas. Esto se traduce en un aprendizaje directo sobre cómo reunir el coraje para desafiar el status quo, y para impulsar el cambio: desde el lanzamiento de una nueva línea de productos hasta una nueva imagen corporativa, cuando seas líder en tu compañía.
Lo mejor de viajar es que te permite ser aquello que deseas ser, sin el prejuicio o influencia de las personas de tu entorno, como familia, amigos o la sociedad en la que fuiste educado. Sobre la marcha dejarás que el mundo vea tu mejor faceta. Viajar te permite conocerte mejor y saber cuán capaz, valiente e independiente eres verdaderamente.
Pero una sola cosa dala por segura: si pretendes ser un buen líder, inspirador, íntegro, respetuoso, curioso, adaptable y humano lo serás algún día. Quizás todas estas habilidades no te nazcan naturalmente, tal vez no las tengas a flor de piel. Pero intenta armar tus maletas y viajar por el mundo unos meses. No hay nada como un buen viaje para enseñarte a ser un buen líder de negocios.
Haga clic aquí para leer más sobre nuestras práctica internacionales y para solicitar ahora.
Photo 1. based on Sandhills Cranes, by David Stanley, CC-by-2.0.
Photo 2. by The Intern Group.
Photo 3. based on consumer confidence, by Chris & Karen Highland, CC-by-2.0.