América Latina ha sido cuna de grandes científicos, escritores, músicos, políticos y artistas. Esta región ha exportado inventos como el bypass coronario, el avión, el cohete con motor a propulsión, la televisión a color, la radio y el sistema de huellas dactilares, entre otros. Todos estos trabajos tienen algo en común: el empeño y motivación que mostraron sus creadores. Muchos caza-talentos buscan contratar a profesionales latinoamericanos en el mundo, porque conocen de qué son capaces. A continuación, las 10 virtudes más valoradas de los latinos en el mercado laboral.
La historia de la región ha sido una sucesión de conquistas y colonizaciones. Este continente ha recibido en todas las épocas de la historia a grupos de migrantes que venían a “hacer la América” desde los rincones más alejados del mundo. Tal ebullición de gente ha dado lugar a una fusión única de culturas y costumbres.
Los reclutadores conocen el “espíritu latinoamericano”. Por eso, buscan a jóvenes que porten esa amalgama de tradiciones y que tengan una visión tan propia del mundo: más optimista, más alegre, más viva. En un contexto globalizado, donde probablemente termines compartiendo escritorio con colegas de Asia, Europa, África y Oceanía, llevar a Latinoamérica en tu ADN es definitivamente un pro.
La capacidad de adaptación es una cualidad imprescindible en los ejecutivos, porque facilita la rapidez para responder a contextos cambiantes. El poder de reacción para sortear problemas dentro y fuera de una empresa es crucial para cualquier profesional.
América Latina sabe mucho de los cambios. Apogeos económicos y crisis se suceden una y otra vez en esa región. La estabilidad es un bien preciado no muy común por esas latitudes. De manera que quienes nacieron y crecieron al sur de México conocen de cambios, y se han hecho fuertes reinventándose con ellos. La adaptación al cambio es la clave de la supervivencia y de los profesionales latinos con hambre de éxito.
Los caza-talentos saben de la energía combativa y creativa de los trabajadores latinos, que los diferencian de la estructura y metodología rigurosa que siguen sus pares del Primer Mundo. La constante reinvención y la alta tolerancia a los cambios son dos virtudes latinas muy valoradas en el mercado laboral del mundo.
En áreas como la Investigación y el Desarrollo, la creación de soluciones alternativas y novedosas es la ley primera. Los jefes de recursos humanos buscan profesionales capaces de presentar ideas nuevas, fáciles de ser implementadas.
En ese sentido, América Latina tiene larga historia de innovaciones. El argentino René Favaloro dio vuelta la Medicina cuando creó en la década del 60 el “bypass coronario”, que ha salvado la vida de millones de personas. Por su parte, el brasileño Alberto Santos Dumont diseñó, construyó y voló el primer dirigible práctico en 1898, en París. Y el peruano Pedro Caulet revolucionó la aeronáutica cuando en 1895 inventó el motor de propulsión con combustible químico.
Un dicho latinoamericano sostiene que “para muestra sobra un botón”. Estos tres ejemplos demuestran el empeño y la motivación que existen en líderes de la región para llevar sus disciplinas hacia lo más alto.
En cualquier empleo, la tenacidad es una virtud muy valiosa. Se trata siempre de persistir: en los intentos por mejorar un reporte, hasta tenerlo perfecto; por perseguir a un prospecto, hasta que se convierte en cliente; por crear un nuevo producto, hasta que se lanza al mercado.
América Latina es una tierra fecunda en líderes y héroes que no se dieron por vencidos: el venezolano Simón Bolívar, el argentino José de San Martín, el chileno Bernardo O´Higgins y el uruguayo José Artigas, son claros ejemplos de energía y lucha, canalizadas a cumplir con objetivos positivos. Los reclutadores astutos saben que la lucha por alcanzar lo inalcanzable está en el ADN de los profesionales latinoamericanos, que se caracterizan por ganarle a la adversidad.
Ser tenaz implica fallar 10 veces antes de dar con la respuesta buscada. Los reclutadores valoran que los profesionales sean fuertes para luchar por alcanzar sus objetivos y los de la compañía en la que trabajan. Pero también aprecian que sean capaces de reponerse rápidamente del fracaso, de levantarse y recomenzar.
Siempre hay días complicados. Cuando la lista de tareas pendientes llega al techo y los jefes exigen más y más, hay dos opciones: darse por vencido y posponer entregas o concentrarse para sacar adelante todo el trabajo. Los gerentes de recursos humanos de grandes empresas valoran a los trabajadores de América latina porque saben que para ellos “tirar la toalla” nunca es una opción.
Los latinoamericanos son conocidos en todo el mundo por la facilidad con la que entablan conversaciones y forman amistades. En el ámbito laboral, esta habilidad es ampliamente valorada por los líderes de Recursos Humanos. Por un lado, porque la capacidad de mostrar cercanía y comprensión con el resto de compañeros de trabajo ayuda a crear un clima laboral favorable. Y por el otro, porque entender las necesidades y los sentimientos de los clientes es vital para el crecimiento de los negocios.
Para entablar una relación positiva con colegas, jefes y clientes es vital manejar una comunicación fluida, que incluye la habilidad para escuchar, exponer las ideas de forma clara o formular las preguntas adecuadas a fin de conseguir toda la información que se necesita para tomar una decisión. Empleadores de todo el mundo miran a los latinos porque saben que a ellos se les da con facilidad la buena comunicación con sus compañeros de trabajo y con los jefes.
Los reclutadores recuerdan que siempre es muy importante escuchar, entender lo que se pide y seguir las indicaciones. Pero como nadie nació sabiendo, si surge alguna duda se debe tener la confianza para acercarte al jefe para corroborar la información. Una buena comunicación hace que el trabajo sea mejor.
Para los latinoamericanos, la familia es el tesoro más importante. Allí se forjan los vínculos que duran toda la vida. Allí se vuelcan las preocupaciones de la vida diaria. Y sobre todo, allí se arma el refugio donde se ahogan las preocupaciones de una jornada laboral complicada.
Algunos reclutadores valoran que los profesionales latinos mantengan lazos estrechos con sus familias pues esta cercanía los ayuda a mantener un mejor estado de salud mental. Por otro lado, creen que la facilidad con la que los latinos construyen una “familia” en su entorno laboral ayuda a incrementar los niveles de compromiso en los empleados. Al fin y al cabo, el secreto del trabajo en equipo y el secreto de la familia es que “uno es para todos y todos, para uno”.
Las organizaciones globales valoran la pasión con la que trabajan los latinoamericanos, que ponen mucho de sí mismos en lo que hacen. Esta comunidad, afirman los reclutadores, tiene facilidad para identificarse rápidamente con la filosofía, misión y valores de las empresas donde se desempeñan.
El calor que corre por las venas de los latinoamericanos -creadores de ritmos tan pasionales como la salsa y el tango- los hace estar como boy-scouts, siempre dispuestos a emprender acciones, tomar la iniciativa y asumir la responsabilidad para hacer que las cosas sucedan.
En América Latina se sabe que el idioma que mueve el mundo es el inglés. Por eso, en la educación de México para abajo se refuerza la enseñanza de esa lengua desde temprana edad. De esta manera, los profesionales latinoamericanos están preparados para actuar en empresas multinacionales, en el contexto de un mundo globalizado. Los reclutadores valoran el empeño de los latinos por aprender un segundo idioma.