El salario es el punto de partida de las negociaciones que se dan antes de ingresar a un trabajo. Pero recuerda que existen otros beneficios laborales además del dinero, que pesan mucho a la hora de aceptar (o no) una oferta. Aprender a negociar estos 10 ítems es la clave para obtener una mejor posición.
Si eres un recién graduado, probablemente estés buscando trabajo con mucha insistencia. ¡Mueres de ganas de empezar a demostrar todo lo que aprendiste! Has tenido varias entrevistas pero ninguna prosperó. ¡Atención! Suena el teléfono. Esa empresa en la que soñabas trabajar te está llamando y te convoca para que seas parte de su staff. Te tienta decir que “¡Sí!” sin dudarlo. Pero, por otro lado, el sueldo no te convence… ¿Cómo aprender a negociar otros beneficios laborales?
La clave para abrir la negociación es una frase mágica: “Me encantará trabajar para ustedes pero el salario que me ofrecen no se ajusta a lo que estaba esperando. Sin embargo, me gustaría negociar beneficios adicionales para compensar, como estos…”.
1. Participar en otros proyectos
Es verdad que cuando recién estás dando los primeros pasos de tu carrera laboral, las tareas rutinarias llenan tu jornada. Pero los trabajos operativos son sólo divertidos hasta que los sabes hacer rápido y sin pensar. Luego, querrás involucrarte en nuevos desafíos. Por eso, puedes aprender a negociar la posibilidad de participar en otros proyectos de los que puedas aprender, aunque no estén directamente relacionados con tus funciones. Por ejemplo, puedes proponer atender el stand en algún congreso sponsoreado por la empresa.
2. Programa de mentoría
Otro beneficio laboral que puedes negociar es el de solicitar un mentor. Puedes pedir que formalmente se te ponga bajo la guía de otro profesional con mucha más experiencia que tú, que pueda convertirse en tu faro. Como habrá caminado mucho más que tú, te ayudará a acelerar tu curva de aprendizaje y te dará tips profesionales. Todos los líderes que admiras tuvieron uno en las primeras instancias de su carrera.
3. Flexibilidad de horarios
Son cada vez más las empresas que ofrecen a sus empleados programas de horarios flexibles, que contemplan algunos días de trabajo desde la oficina. Hay quienes son más productivos bien entrada la noche, y otros son aves madrugadoras. En tu caso, puedes necesitar contar con más horas para terminar tus estudios o comenzar un posgrado. Como sea, puedes negociar como beneficio laboral extra poder trabajar con horario flexible, pero sé específico: “Los jueves deseo trabajar desde casa”.
4. Un mejor título
El título del cargo que te ofrecen no muestra solamente qué estarás haciendo en el trabajo. También indica a aquello a lo que aspiras. Si no te vuelve loco el nombre del cargo, no tengas miedo en pedir que lo cambien. Una buena idea puede ser revisar en LinkedIn el cargo de quienes tienen responsabilidades similares en compañías como con la que estás negociando. Elige una y, si es apropiada para tu rol, pide que te la asignen.
5. Reintegro del transporte
El metro o bus desde tu casa a la oficina además de insumirte varias horas por día, se llevará buena parte de tu presupuesto. Por eso, puedes aprender a negociar con tu empleador que te reintegre mensualmente los gastos de transporte casa- trabajo-casa. De aceptarlo, ten por seguro que te estarás ahorrando alrededor de 1500 dólares al año, si tomamos lo que sale el metro en NYC. Piensa qué harías con 1500 dólares… Te damos una sola idea, tendrías un ticket de avión asegurado para unas vacaciones en Australia, por ejemplo.
6. Espacio en la oficina
Si no quieres que te pongan en un cubículo cualquiera, en donde el diablo perdió el poncho, mejor sé rápido de reflejos y solicita un espacio central en el diagrama de la oficina. Así, podrás construir vínculos con tus compañeros de trabajo y estarás más a la vista del jefe, que si te escondes en un box en un rincón de la oficina. Si tu plan es llegar temprano y trabajar hasta tarde, asegúrate de estar en un lugar donde tu jefe vea que das todo de ti. Además, estando en el centro de la escena aprenderás mucha información valiosa. Y ya sabes, “la información es poder”.
7. Educación de posgrado o cursos
Si el salario que te ofrece la empresa con la que estás negociando no se ajusta a tus expectativas puedes probar compensarlo con otro beneficio laboral. Por ejemplo, puedes solicitar a la empresa que se haga cargo de los costos de cursos complementarios o de la matrícula para el ingreso a un master. Hay compañías que estarán felices de poder financiarte cursos de Excel, Access u oratoria, porque saben que eso las beneficiará directamente. Esta iniciativa, incluso, puede costarles cero pesos a las compañías que tengan convenios de cooperación con universidades. Para aprender a negociar esto ten en claro primero qué aportará ese curso o maestría a tu trabajo diario. Debes dejar en claro qué beneficios verá la compañía de un estudio como el que intentas que te paguen.
8. Ropa cómoda
Si bien, como profesional que eres, siempre debes asegurarte un look prolijo y serio, eso no implica que debas ir todos los días de traje y corbata o de falda y tacones. Este tipo de estilo funciona bien en el mundillo de los abogados, bancos y aseguradoras. Pero si la compañía con la que estás negociando es de otro rubro, no tengas miedo de pedir trabajar de jeans y zapatillas. Simplemente, asegúrate de poder ir a trabajar adecuadamente vestido, peinado, limpio y perfumado. Aprende a negociar un look casual pero profesional como beneficio laboral extra.
9. Móvil con minutos libres y plan de datos
Si por tu rol debes estar interactuando con pares, o tu jefe o clientes más allá de las 18 y los fines de semana, asegúrate de que te den un smartphone con plan de datos y minutos libres. Los planes corporativos suelen incluir varias horas de conversación al mes, por lo que también podrás ahorrar en las llamadas que haces desde tu propio teléfono y, en su lugar, aprovechar los minutos del móvil de la empresa.
10. Más vacaciones
Quizás no sea tan buen idea si estás a punto de ingresar a tu primer trabajo. Pero si ya tienes algunos años de experiencia encima, puedes aprender a negociar una semana más de vacaciones a las que te ofrecen por default. Las compañías están acostumbradas a compensar a sus empleados con más vacaciones en lugar de subirles el sueldo, así que no tienes nada que perder si pides este beneficio laboral extra, como modo de suplir un salario que no te colma.
Aunque recién estés arrancando tu carrera laboral, no temas expresar tus necesidades de manera razonable y empática. Todos los responsables de RR.HH están acostumbrados a negociar estos adicionales. No está mal que los pidas, porque de otra manera nunca te enterarás si están dispuestos a dártelos. Eso sí: no vayas por todos los puntos señalados. Elige los tres que más importantes sean para ti y piensa los argumentos para sostener los pedidos.
Aprovecha esta conversación-negociación para dejar en claro qué aportarás a la compañía, tu valor como empleado. Puede que no tengas experiencia laboral, pero tienes muy fresco todo lo que aprendiste en la universidad, eres joven, con energía y estás en el momento ideal para ser moldeado con la cultura de la empresa. ¡Muchos éxitos!
Haga clic aquí para leer sobre nuestras prácticas internacionales y para solicitar ahora.
Photo 1. based on handshake , by 드림포유, CC BY -ND 2.0
Photo 2. based on time , by Sean MacEntee, CC BY 2.0
Photo 3. based on office , by Olaf, CC BY -ND 2.0