Ya elegiste el destino de tu práctica profesional y la compañía en la que trabajarás. También tildaste el renglón de “Trámites varios”, que incluye el tedioso papeleo de la visa, pasaporte y permisos varios. Estás a horas de volar hacia el país anfitrión pero aún tienes la maleta vacía, sin una pista de qué poner para los meses que dure la pasantía y las espacadas turísticas. Aquí te sacamos del apuro, con algunas claves de los imprescindibles que te salvarán la vida. Te mostramos como poner la vida en una maleta.
Antes de salir
El armado de la maleta es un trabajo que requiere cierta planificación. Existen algunos aspectos básicos que deberás considerar para armar los equipos de vestuario más apropiados. ¿En qué país vivirás? El equipaje que prepararás para una ciudad fría es totalmente distinto al que armarás para un lugar más tropical. Conviene también echar un vistazo al clima de la zona, para chequear la temperatura promedio, el nivel de lluvias y la intensidad del sol.
La cantidad de semanas o meses que permanezcas en un país, determinará la extensión del guardarropas que trasladarás. A la hora de colocar la ropa, es ideal que prepares una lista de ropa, con prendas básicas e intercambiables que te ayudarán a armar conjuntos distintos cada día. Ten en cuenta que este no será sólo un viaje de práctica profesional. Para ser sinceros, también viajarás mucho y querrás aprovechar al máximo tu tiempo libre. Por eso, recuerda llevar ropa apta para hacer los deportes de la zona donde estarás (nieve, agua, montaña, selva).
Más importantes que el oxígeno
Puedes olvidarte un jean o un par de pantuflas y hasta un cargador universal. El mundo no se desmoronará porque siempre encontrarás otros reemplazantes para comprar. Pero hay cuatro ítems sin los cuales no puedes salir de casa:
– pasaporte
– tarjetas de crédito: chequea su vigencia, que tengan límite adecuado y que estén habilitadas para funcionar en el extranjero
– efectivo: recuerda diversificar los lugares donde lo guardas. Un poco en la billetera, otro poco en alguna zapatilla y otro tanto en una riñonera escondida.
– seguro de viaje: será tu armazón frente a cualquier situación eventual.
La licencia de conducir no es indispensable pero si la tienes, llévala. Un buen plan puede ser alquilar un auto y recorrer la ciudad anfitriona por tu cuenta, cuando la práctica te lo permita.
Itinerario de viaje
Debes tener siempre a mano los datos del vuelo y del departamento u hotel donde te hospedarás. Lo ideal es guardarlos en varios formatos: una copia digital en tu computadora, otra en la nube (Google Drive, Dropbox) y otra impresa. Esta última de seguro te será solicitada en Migraciones, cuando ingreses al país de destino. Desearán comprobar que tienes fecha de retorno. Por eso, guarda junto al pasaporte el boleto de regreso y la dirección de dónde te hospedarás. Esta práctica también es útil si necesitas hacer algún cambio de último momento en los vuelos, en cuyo caso ten a mano el código de reserva o número de ticket electrónico.
Mochila de mano
Un detalle no menor aunque siempre olvidado es una lapicera o lápiz. Te salvará cuando debas completar los formularios de migración en el avión o para anotar datos importantes, como los teléfonos de los amigos que hagas durante el vuelo o viaje, o las ideas que te surjan mientras viajas. Y si eres más previsor, puedes sumar otros bolígrafos más y repartir en la mochila, cartera y abrigo que lleves.
Otro de los ítems que recomendamos llevar es una computadora o tablet. Allí guardarás el diario de viajes que empieces (¡definitivamente tienes que escribir uno al inicio de tu práctica!), copias digitales de documentación importante o tal vez quieras avanzar con algún estudio a distancia o terminar la tesis de la carrera, si es que aún la tienes pendiente. También sugerimos que respaldes toda tu información personal en un disco externo. No se puede confiar sólo en la suerte.
Primeros auxilios
Nadie mejor que tú conoce tu cuerpo. Ya sabes de antemano si sueles tener dolores de cabeza regulares, si eres sensible del estómago o si los dolores musculares y tensiones lumbares son parte de tu rutina. Por eso te sugerimos armar un pequeño neceser con medicinas de venta libre que tú ya conozcas, como aspirinas, antiácidos, efervescentes para el estómago, pastillas de carbón, algo para el resfrío y dolor de cabeza. Esta recomendación aplica también a aquellos que son dependientes de alguna medicación para la presión, diabetes, asma. En ese caso, conviene llevar toda la medicación que necesites para todo lo que dure el viaje y un plus adicional por cualquier inconveniente. Recuerda dividirlo entre la cartera, la mochila y el equipaje, para no quedarte sin ellos en caso de extravío temporal de la maleta.
Pantalla solar
Si bien no entra en la categoría “medicamento”, no podemos obviar comentar la importancia de que te lleves uno: protector solar, gorro y anteojos de sol. En lugares como Australia, los rayos del sol pegan más fuerte que en ningún otro lado y la piel arde y duele, si eres blanquito y no estás acostumbrado a la exposición al aire libre. Mejor prevenir que salir corriendo a una farmacia a buscar una loción contra las quemaduras.
Toallas húmedas
Las toallas húmedas de bebé son un “gol de media cancha”. Una vez que pruebes alguno de los más de 1.500 usos que puedes darle, las amarás y no podrás volver a viajar sin ellas. Además de su uso más obvio en el toilet, puedes remover el maquillaje, darte un aseo rápido para viajes de avión largos o darle a tu laptop una rápida refrescada. Sólo sugerimos que compres aquellos que tienen algún tipo de cierre hermético así evitas derrames del líquido dentro del bolso.
Candados
Si bien ponerle candado a las valijas no te garantiza absolutamente nada, al menos te dejará un poco más tranquilo. Existen distintos tipos de candados. Si tu práctica profesional la realizas en Nueva York, asegúrate de hacerte de los candados TSA. De esta manera, si autoridades de la Aduana de Estados Unidos tienen que abrir tu maleta, podrán abrirla sin romper el candado (¡en el mejor de los casos!). También puedes llevar contigo algunos candados más en el caso de que debas dejar tus efectos personales en el locker de una estación o hostel o en el lobby del hotel.
Cargadores y adaptadores universales
Que no te pesque la puerta de un aeropuerto sin batería en tu smartphone. Por eso, recuerda meter en la mochila un cargador universal, donde puedas cargar en simultáneo el celular, la cámara de fotos, la tablet, el ipod o cualquier otro dispositivo que lleves encima.
Por otro lado, como cada país tiene distintas normas en lo que respecta a enchufes y electricidad, te conviene invertir en dos o tres adaptadores de viaje, de modo que puedas enchufar y cargar donde sea el secador de pelo, la computadora o el celular. Cada vez son más comunes los que cuentan con puertos USB. Tal vez sean más caros pero definitivamente valen la pena.
Aplicaciones de viaje
Descárgate las mejores aplicaciones de viaje en tu tablet o teléfono y evita andar cargando guías de viaje pesadas en tu equipaje de mano. TripAdvisor y Triposo cuentan con guías gratuitas de las ciudades más importantes, con mapas interactivos, foros de discusión e información de los mejores lugares para visitar. Además, no olvides cargar el mapa de Google Maps del lugar donde estarás. A eso súmale las redes que existen para conocer gente in situ cuando ya estés en el lugar de destino, como couchsurfing, InterNations, TravellersPoint, GapYear, Be Welcome, WAYN y TravBuddy.
Mil libros en uno solo
Por último, como creemos que no hay mejor compañía de viaje que un buen libro, te invitamos a cargar en tu Kindle esos textos que tienes pendientes desde hace mucho. Cualquier larga espera en un aeropuerto o estación de buses es una buena ocasión para leer. O en tus ratos libres, mientras contemplas algún paisaje maravilloso del país donde estés haciendo tu práctica profesional.
Photo 1. based on Farewell to the good old times, by Eliatt, CC-by-2.0.
Photo 2. based on Rainbow of credit by Frankieleon, CC-by-2.0.
Photo 3. based on First Aid Kit, by DLG images, CC-by-2.0.